Milán, la ciudad de la moda por excelencia,
se encuentra al norte de Italia en la región de Lombardía.
Para llegar hasta Milán desde Madrid hay
varias opciones. Nosotros elegimos volar a Bérgamo, ciudad situada 40km al
noreste de Milano, con la compañía Ryanair.
Una vez allí es fácil llegar hasta el
centro de Milán con las múltiples compañías de autobuses que te llevan,
nosotros elegimos Terravision con un coste por trayecto de 5 euros pero
cogiendo ida y vuelta sale a 9 euros.
Los autobuses parten del aeropuerto de
Bérgamo con destino a la Estación Central, uno de los centros neurálgicos de la
ciudad ya que desde aquí podemos tomar el metro, tren, tranvía, autobuses,
taxis…con lo cual resulta ideal para ir a cualquier parte de la ciudad. Es muy
recomendable ver el maravilloso hall de entrada, así como la fachada principal.
El hotel que elegimos estaba en una calle
justo enfrente de la Estación Central y de la Torre Pirelli, el Hotel New York,
un básico para dormir, ducharse y desayunar.
Empezando nuestro recorrido por la ciudad
de la moda, elegimos recorrerla en autobús turístico, los clásicos rojos
descubiertos en los que todo el mundo va haciendo fotos. El coste del autobús
es de 20 euros por persona pero es para dos días, es una opción sencilla y fácil
para recorrer cualquier punto turístico de la ciudad ya que puedes subir y
bajar en cualquiera de las paradas que hace y además hay audio guía en español.
Primera parada de este recorrido es la majestuosa
Catedral de Milán conocida como Duomo (en Italia llaman a sus catedrales así,
viene de Domus dei, casa de Dios) es de estilo gótico con 157 metros de largo y
con cinco naves que la dan una capacidad de hasta 40.000 personas. Destaca la
gran altura de la nave central, de 45 metros (más de cuatro veces la altura del
retablo de San Pelayo de Olivares). La entrada es gratuita.
En la Piazza Duomo también nos encontramos
la galería Vittorio Emanuele II
Construida por orden del primer rey de la
Italia unificada fue construida entre los años 1865 y 1877. Son cuatro galerías
que se unen en un espacio central octogonal rematado con una cúpula de cristal.
Hacia la mitad de la galería hay en su suelo de mármol un toro al que todo el
mundo le pisa sus partes íntimas para pedir un deseo. Dentro de la galería nos
encontramos las grandes firmas de la moda italiana. A través de su pasillo
central conecta dos famosas plazas de Milán, Piazza Duomo con Piazza Della
Scala, es un paseo muy agradable y lleno de turistas que te lleva hacia La
Scala que es uno de los teatros de ópera más famosos del mundo.
Paseando por las calles y plazas aledañas a
La Scala nos encontramos multitud de tiendas tanto de grandes marcas como de
marcas asequibles a cualquier bolsillo. Durante este recorrido puedes ver en el
camino la tienda de Ferrari, en ella te ofrecen la posibilidad de hacer un
recorrido por todo Milán conduciendo tú alguno de sus impresionantes cavallino
rampante, y por el módico precio de 145 euros, si no podéis como fue nuestro
caso hay que conformarse con hacerse las fotos en la puerta y con los coches,
aquí os dejo a mi marido muy feliz.
En las calles aledañas a la tienda Ferrari también
podéis encontrar una pequeña tienda de comida para llevar, donde se formará una
cola impresionante a cualquier hora del día o de la noche para poder degustar
los famosos Panzerotti, que los milaneses comen a todas horas sentados en las
escalinatas de la Piazza Duomo.
Desde aquí seguimos nuestro recorrido en el
autobús turístico hacia el Castello Sforcesco, un castillo que está situado en
el casco antiguo de la ciudad. Sus muros albergan museos de arte, de pago, pero
lo demás es gratuito y es un agradable paseo por la historia viendo la plaza de
armas, el foso y las fantásticas vistas al Parque Sempione.
Desde el Parque Sempione, dando un largo
paseo, sobre todo por las obras que inundan Milán, llegamos a Puerta Garibaldi,
desde allí puedes ir a Corso Como y a Corso Garibaldi, zona de Shopping para
los aficionados a las compras. Nosotros nos dirigimos hacia el Cementerio
Monumental de Milán, un sitio a visitar para los no supersticiosos en el que se
encuentran una amplia variedad de esculturas
italianas, templos griegos, obeliscos, e incluso una versión a pequeña
escala de la Columna de Trajano.
Después de visitar este gran museo al aire
libre nos dirigimos otra vez a nuestro autobús turístico para seguir
descubriendo Milán. Nuestra siguiente parada fue Piazza Cadorna donde comimos pizzas
y dulces típicamente milaneses. Éste fue nuestro punto de partida hacia una de
las grandes maravillas de Milán , la iglesia Santa Maria delle Grazie que
alberga el Cenacolo Vinciano del gran Leonardo da Vinci, La Última Cena, una de las obras maestras de la historia
del arte. Leonardo fue contratado en 1494 para trabajar en la iglesia y hacer
un fresco en la pared norte del refectorio. Eligió La Última Cena para capturar el momento inmediatamente
posterior al anuncio de Cristo de que uno de sus apóstoles le iba a traicionar.
Hasta hace muy poco tiempo no ha sido totalmente restaurada ya que no estaba
bien conservada debido a la técnica experimental que Leonardo adoptó para
realizarla, escogiendo el uso de tempera sobre yeso en lugar del clásico método
del fresco. En el año 1943, en plena II Guerra Mundial, los ejércitos liberales
anglosajones bombardearon Milán, afectando al convento y la iglesia de Santa
María delle Grazie, pero sobre todo al refectorio, del que solo varios muros
quedaron en pie, entre ellos el de la Última Cena.
Aquí en el interior no se pueden realizar fotos,
os dejo una de la plaza donde esta la fachada de la iglesia.
Una recomendación si queréis ver el
Cenacolo es comprar las entradas con antelación por Internet son a 8 euros por
persona, si no lo hacéis es posible que os quedéis sin verlo ya que son pocas
las personas que admiten diariamente.
Una vez acabada con la visita del Cenacolo
nos dirigimos otra vez hacia Piazza Cadorna para coger el metro y visitar el
estadio de futbol de Milán “San Siro”, aquí en este punto os tengo que decir
que el metro de Milán es fantástico, llega a cualquier sitio y es muy sencillo
ya que tiene 3 líneas básicas roja, amarilla y verde que te llevarán a
cualquier punto turístico que quieras visitar. Volviendo al fútbol cogimos el
metro de Piazza Cadorna a Lotto que es la parada del estadio, bueno es la
parada mas cercana ya que hay un largo paseo hacia el estadio, recorriendo toda
una avenida llena de fantásticos grafitis de los jóvenes milaneses. En nuestro
recorrido también nos encontramos con el hipódromo llamando la atención en los
jardines de entrada un gran caballo de bronce.
Después de esta parada en el hipódromo, nos
dirigimos a San Siro. Fuimos un sábado por la tarde que no había partido, la
zona es residencial y muy tranquila supongo que todo lo contrario a los días de
partido, ya que el estadio lo comparten los dos grandes equipos de fútbol locales,
el Inter de Milán y el AC Milán.
Es un estadio construido en 1925 y desde
entonces ha albergado las grandes competiciones italianas y europeas como también
algún concierto.
Después del largo paseo de vuelta hacia el
metro nos dirigimos hacia el centro de la ciudad en Piazza Duomo para disfrutar
de la noche milanesa y sus cenas de pasta, maravillosas.