viernes, 6 de septiembre de 2013

Venecia (2ª parte)

 Con Jorge, Miriam, Cristina y Oscar




La visita a Venecia no es solamente ver la Plaza de San Marcos, son otros los iconos de esta ciudad, y los veremos a continuación. Como ya os dije en la primera parte del artículo Venecia está rodeada de pequeños canales cruzados por centenares de puentes.



Existe no obstante un canal que sobresale por encima de los demás, el Canal Grande, que atraviesa la ciudad de forma serpenteante. Es como la avenida principal de la ciudad, a una orilla y otra se suceden multitud de palacetes y casas de nobles y personajes importantes, como la de Marco Polo que podéis ver en la foto de abajo.



El trasiego del Gran Canal es impresionante, las típicas góndolas, que son las dueñas de los estrechos canales interiores, aquí se ven agobiadas por todo tipo de embarcaciones, desde lanchas rápidas, Taxis, Vaporettos y embarcaciones de lo más diverso como podemos ver en las dos fotografías que nos mandan Cristina y Oscar de su viaje: una lancha-ambulancia y una lancha-funeraria (con ataúd y todo).



En nuestra visita vimos el Gran Canal desde varios puntos estratégicos que veremos a continuación, no obstante es interesante poder recorrer este canal en uno de los numerosos vaporettos que hay. Cerca de las paradas hay casetas donde comprar los tickets, si bien es cierto que me atrevería a deciros que sin billete no vais a tener ningún problema porque raro es que os pidan enseñarle. Como os decía en la primera parte, sólo vimos a un revisor en el vaporetto que va al aeropuerto, ni uno en los de la ciudad y los que nos llevaron a las islas de Murano y Burano.


 
Un buen sitio para ver el Gran Canal es el Puente de la Academia, no es tan glamuroso como Rialto pero me atrevería a decir que tiene mejores vistas. Al cruzar dicho puente nos topamos con la Galería della Academia, interesante museo si vais bien de tiempo. En este barrio de la ciudad, llamado Dorsoduro por la dureza y altura de su suelo, encontraremos una de las iglesias más importantes de Venecia, la basílica de Santa María della Salute. De estilo barroco, fue construida por Baldassare Longhena a partir del año 1630 para agradecer a la Virgen el final de la peste que sufrió la ciudad y que diezmó a  un tercio de la población de la laguna. Es interesante caminar por los alrededores, sobre todo hacia la laguna ya que aquí tendremos un inmejorable lugar para fotografiar buena parte de la ciudad.








Una vez visto el barrio podemos volver por el puente de la Academia y ya en el barrio de San Marcos ir bordeando el canal para contemplar el puente más famoso de Venecia, el de Rialto. Es el puente más antiguo de la ciudad, de hecho fue el primero que permitió a los venecianos cruzar al otro lado de la laguna. En un principio estaba formado por barcas, hasta que en el siglo XIII se levantó uno de madera. El actual de piedra lo construyó Antonio da Ponte hacia el año 1588.





 Cruzar el puente es imprescindible, así como contemplar las vistas del Gran Canal y el trasiego que se forma en su interior, rodeado de tiendas lujosas, algo parecido al Ponte Vecchio de Florencia. Cruzando en puente y caminando unos metros por el barrio de San Polo hay un mercadillo de frutas y verduras principalmente en el que los venecianos hacen sus compras de productos frescos.




Hablando de comida, ni que decir tiene que en Venecia no hay problema a la hora de elegir un buen restaurante para comer, la comida italiana es excelente, dieta mediterránea. Tampoco hay que asustarse con lo que se dice de los precios, hay un poco de todo, pero como es lógico si elegimos una terraza con vistas a la basílica de San Marcos nos van a vaciar la cartera fácilmente. Precisamente hay una calle lateral a San Marcos que está llena de restaurantes de todo tipo y con menús asequibles y a la carta pero con precios bastante normales. La pasta y el pescado, de lo mejor.


Algo recomendable es montarse en góndola y dar un paseo por las inundadas calles de la ciudad. Si que es cierto que aquí toca rascarse el bolsillo, se puede regatear con los barqueros, fijando el precio antes de salir, pero nuestros amigos los japoneses nos lo ponen dificil, ellos no regatean y se montan todos alguna vez, asi que clientes no les faltan. Lo normal es pagar cerca de 80 euros por media hora.








Una vez visto esto y lo que ya comentamos en el primer artículo de la ciudad podemos decir que ya está visto lo más importante de Venecia. Nosotros que teníamos tiempo de sobra decidimos montar en un vaporetto e ir a visitar dos islas muy famosas, Murano y Burano. La primera es famosa en todo el mundo por su producción de cristal, son auténticos maestros en este sentido y son incontables los productos de cristal de Murano que podemos ver en las numerosas tiendas de la ciudad. Esta no es demasiado grande, también con canales y puentes por supuesto.





La otra isla es la de Burano, algo más alejada pero que si cabe tiene más encanto que Murano. Allí lo que la ha hecho famosa son sus casas de colores, caminaremos por calles atravesadas por canales, con puentes para cruzar de un lado a otro y con casas de dos pisos que destacan por el color, cada una de un color diferente. Este colorido le da un encanto especial a la isla.






Murano, Burano, Venecia…, todas con algo diferente a lo que hemos visto hasta ahora, merece realmente la pena visitarlas.

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